DESARROLLO
por En el apasionante mundo de la gestión empresarial, la competencia es clave para el éxito en la innovación y el desarrollo. Imaginemos la competencia como el arte de desempeñarnos excepcionalmente bien en situaciones reales, donde ponemos en acción nuestros conocimientos, habilidades, actitudes y valores. En otras palabras, es la capacidad de actuar de manera efectiva y brillante en diversos contextos, utilizando todas nuestras herramientas con fluidez y destreza.
Sin embargo, a menudo se tiende a confundir la competencia con la capacidad. ¿Cuál es la diferencia? Mientras la capacidad se refiere a la habilidad de hacer algo, la competencia va más allá. Esta última implica también la intencionalidad y el desempeño efectivo. Es como decir "soy capaz de hacer esto", pero demostrando verdaderamente cómo lo hacemos en la práctica.
La competencia es un camino de desarrollo continuo y todos comenzamos con cierta dosis de incompetencia en el inicio. En su primera etapa, la incompetencia inconsciente, podemos estar cometiendo errores sin siquiera darnos cuenta. Es una fase desafiante pero, paradójicamente, el punto de partida para nuestro crecimiento.
A medida que avanzamos, llegamos a la incompetencia consciente, donde reconocemos lo que aún no sabemos y aceptamos nuestras limitaciones. Es un momento valioso, ya que es el primer paso hacia la mejora y la adquisición de nuevas habilidades.
Después, ascendemos a la competencia consciente. En este escalón, aprendemos activamente, siguiendo instrucciones y reglas para desarrollar nuestras habilidades de manera consciente. La práctica y el enfoque nos vuelven cada vez más hábiles en nuestro desempeño.
Finalmente, alcanzamos la cima de la competencia: la competencia inconsciente. Aquí, nuestras habilidades se vuelven tan naturales como respirar. Es como conducir un auto sin pensar en cada movimiento.
Ahora bien, ¿cómo podemos mejorar nuestras competencias gerenciales en el ámbito de la innovación? Aquí van algunos consejitos para lograrlo:
- Autoconocimiento: Reconocer nuestras fortalezas y debilidades es el primer paso para saber en qué áreas necesitamos trabajar más.
- Aprender siempre: La sed de conocimiento no tiene fin. Busquemos cursos, talleres, seminarios y oportunidades para seguir creciendo profesionalmente.
- La práctica hace al maestro: Cuanto más practiquemos, más competentes nos convertiremos. No tengamos miedo de enfrentar desafíos y perfeccionar nuestras habilidades.
- Aceptar la retroalimentación: Escuchar lo que otros tienen que decir y aprender de ello es esencial para nuestro crecimiento y mejora continua.
- Relacionarse bien: Desarrollemos nuestras habilidades para trabajar en equipo y liderar con eficacia, promoviendo un ambiente de colaboración e innovación.
- Mantenerse informado: Conozcamos a fondo el entorno empresarial y adaptemos nuestras habilidades a los cambios y tendencias del mercado.
En resumen, ser competente es esencial para triunfar en la gestión y la innovación empresarial. A través de la práctica y el aprendizaje constante, podemos mejorar nuestras habilidades y alcanzar niveles más altos de competencia.
